LUNES 24 DE OCTUBRE
VISITA DE ROBERTO MARTINO
El escritor yonguense asiste a nuestra escuela para trabajar con alumnos de Ciclo Básico (3eros. y 2dos.años).
Responde a variadas preguntas que los estudiantes le formulan, por ejemplo con respecto a su labor como escritor, generalidades sobre su obra, temática, estilo, y sobre su vida personal (familia, trabajo,etc.).
Da a conocer su nuevo y reciente trabajo: "Caramelos surtidos".
- Para poder escribir es fundamental leer mucho, sino "sería como el que pretende ser cantor sin antes nunca haber escuchado cantar".
- Paciencia , reescribir, realizar un borrador e ir guardando todo lo que vamos escribiendo, así algún día lo podremos retomar.
- No deseperar por el final del cuento, siempre surge algo y la mayoría de las veces no es el que se pensó.
- Se puede unir la ficción con la realidad.
- La escritura atrapa y a veces la estructura (partes de un cuento) se dejada de lado.
- Temporalidad narrativa: en nuestro cuento podemos "hacer" saltos hacia atrás o hacia delante en el tiempo.
Texto del esritor: "DE APARECIDOS Y OTRAS RAREZAS"
Quienes conocemos algo de metafísica sabemos que muchas cosas que aparecen increíbles al hombre, en realidad son posibles, como por ejemplo la aparición en cuerpo o palabras de alguien que ha fallecido, aunque este tema despierta mucho escepticismo y no es oportuno intentar desarrollarlo en el mezquino espacio de una nota, ni tampoco es mi propósito polemizar con el lector.
Pero sobre fantasmas, aparecidos y otros fenómenos místicos, también se han dicho muchas falsedades, por lo cual no es conveniente aceptar todo lo que oímos, sólo por la expectativa que, sin duda, despiertan estas narraciones.
Hoy traeremos al papel algunas referencias concretas de personas que, en lo particular, me han parecido dignas de crédito. L.A.B. un próspero empresario de la zona, con el que me une una gran amistad desde muy jóvenes, me contó una vez que estando viviendo en el campo, cada noche que hacía su entrada al pueblo, cerca de la capilla familiar de la estancia "El Cambará", veía con asombro como un gran árbol que él conocía muy bien, se incendiaba dramáticamente, lanzando grandes lengüetas de fuego. Él lo observaba desde la ruta y, las primeras veces, al pasar al otro día, iba a curiosear el árbol que, increíblemente, se hallaba en perfectas condiciones. Después le resultó algo tan normal, que ni se ocupaba en mirar el misterio. Como suele suceder en estos casos, sólo unos pocos podían contemplar el fenómeno. La mayoría lo negaba porque no lo veía.
Un señor de apellido Meléndrez, a la sazón sereno en el edificio de la Junta Local de Young, me dijo estar habituado a oír pasos en la escalera todas las noches, y sentir ruido de viento, estando las banderolas cerradas.
De hecho sabemos que allí se produjo una tragedia con dos víctimas (madre e hija) en la época de la Caja Popular, y cuyo dictamen policial no convenció a la mayoría de los younguenses de entonces. También, según algunas versiones, tiempo atrás el sacerdote de turno habría estado en el recinto realizando oración grupal con sus fieles, lo que supuestamente habría traído la paz al interior del edificio. D.R. conocido como cantor de tangos en el medió," casi siempre en horas de mediodía, oían con su señora fuertes golpeteos de manos dentro de un tallercito que posee contiguo a la vivienda, siendo que la puerta estaba cerrada con llave. Por lo general estaban en pleno almuerzo, por lo cual una vez muy fastidiado, le gritó al visitante invisible: "Andate y dejate de molestar" De allí en más, jamás retornó el intruso inoportuno. Hace unos quince años falleció el esposo de una vecina, oriunda de Artigas y que vive en la zona del Estadio. Las noches posteriores al deceso del hombre, cada vez que se aprestaba a dormir, lo veía sentado al lado de la cama. Me explicó que oía claramente cuando la invitaba a irse con él. Las dos noches iniciales se sintió aterrorizada, y sólo atinaba a sollozar de dolor y miedo, pues estaba segura de que su marido estaba presente en cuerpo tangible como cualquier ser vivo. "Créame que lo veía y lo escuchaba como ahora a usted", me aseguró. La tercer noche se vio tan acosada por la insistencia de su difunto amado, que espontáneamente le salió un grito de rabia: "Yo no me quiero ir. Dejame tranquila y andate vos a descansar!" Al igual que en el caso anterior, la presencia inconcebible del muerto-vivo no retornó.
Hay infinidad de personas en el mundo que han tenido estas y otras experiencias similares a las cuales la ciencia las llama fenoménicas y no se atreven a contarlas por temor a que las traten de locas, tontas o fantasiosas, pero a medida que los medios de comunicación las van difundiendo, se van agregando nuevos testimonios. Es posible que en un futuro más o menos inmediato, hasta los científicos más empíricos, no tengan otra alternativa que intentar investigar el plano espiritual, esa otra dimensión que tanto intrigaba a Einstein.
Tenemos libre albedrío y se puede aceptar o no un mundo más allá de lo físico. En lo esrtrictamente personal (aunque no trago cualquier pastilla que me den), estoy seguro de "que las hay, las hay..."
Roberto Martino